En defensa del Loco Mayonesa
Si un día de mayo del 2013 pasabas por el Sanguchón Campesino de Chacarilla tal vez te hubieras ganado con la primicia de ver a Joaquín Ampuero, hermano del Ampuero ex selección de fútbol, reclamando por su crema. Debe haber sido complicado también estar del otro lado, ser quien debía darle la mayonesa y estar parado ahí mientras te gritan. Y sí, obviamente es cuestionable y desagradable lo que hizo, pero ¿quiénes somos nosotros para juzgar a alguien que actúa bajo la idea de que ha tenido el peor día de su vida [huevón]?
Claro está, es una excusa tonta considerando lo que hizo y lo que generó, sin embargo, ¿qué harías tú si te has mechado tres veces, terminaste con tu enamorada y te peleaste con tu hermano? Quizá tener el peor día de nuestras vidas nos otorgue ciertas licencias. Quizá no. Cuando falleció la hermana de mi papá, no pudo ir a verla ni estar con ella, ni despedir su cuerpo. Nada. Igual cuando un hermano de mi madre murió en una clínica de Italia tras ser atropellado. Nunca pudo decirle adiós y se quedó para siempre con el recuerdo de la última vez que lo vio y su última llamada telefónica. Quién sabe qué hubiera hecho mi vieja o mi viejo si en el día más trágico de sus existencias trataban de encontrar consuelo en una hamburguesa y no les daban un poco más de mayonesa.
De todos modos, puede ser que también hayamos juzgado muy severamente al Loco sin ponernos en sus zapatos y desde nuestra posición de internautas solo atinamos a compartir su desgracia como algo gracioso. Hubo memes, remixes, parodias (Los Cinéfilos) y demás. Qué se sentirá saber que tienes un día super jodido y terminas siendo un personaje infame de internet. Tal vez en Perú es fácil hacerte relativamente famoso por alguna cagada. La chica cuya perra era pituca, la enamorada de Axl Rose, el viejo del ascensor, el joven al que le llegaba al pincho tu filtro, el tío que tenía una pistola en medio del tráfico limeño, Luis Miguel de Yo Soy. Hasta el hombre que le decía al policía ¡Piensa, pe, chato!¡Estudia, sonso!. Un clásico.
Nos reímos creyendo que nunca seremos aquella persona de la que nos reímos. Siempre es así. Hasta que un día te toca. O no. Casi como un juego de azar. Lo que sí es seguro es que las redes sociales nunca perdonan. Menos Twitter, donde todos se jactan de un accionar moral, puro e inmaculado. Ahí nadie ha hecho nada malo, pero no tardan en señalar al resto. Me incluyo, ojo. En términos bíblicos, lanzamos la primera piedra. Obvio es difícil actuar con calma y un razonamiento profundo cuando todo está en la mierda (y no te dan mayonesa). Como los manotazos de ahogado, como los deportistas y los gamers que se arrebatan cuando pierden. Como Shrek, que por un mal día casi tuvo el peor de su vida, pero pudo arreglarlo y regresar con su familia. Hay quienes no pueden.
En mi opinión, el mejor ejemplo de personas que tienen el peor día de sus vidas se haya en una película del 2014 escrita y dirigida por Damián Szifron: Relatos Salvajes. Personas comunes, como lo eran las víctimas de Pasternak, Bombita, el hombre de la carretera, el chico que cometió el atropello, la pareja que se iba a casar, todos normales hasta que algo gatilla todo el caos, ese algo se vuelve su mayonesa. Se desquician y cometen las acciones por las cuales las recordamos dentro de la ficción. La película nos plantea la pregunta: ¿de qué serías capaz en el peor día de tu vida? De algún modo también nos prepara para afrontar la realidad. Claro está, la anécdota central de este texto se haya fuera de lo ficcional. Ocurrió. Y más allá de recordarlo algo cómico o extraño, tal vez debamos mirarlo con otros ojos.
Tal vez alguien que ahora pueda estar leyendo estas palabras en un futuro se convierta también en un personaje del imaginario cultural de una generación de internautas peruanos. Quizá con algunos cambios. Podremos ser la chica de la gato pituco, el enamorado de Eddie Vedder, el joven al que no le llegaba al pincho tu filtro sino los usaba, la tía del tráfico, el Loco Ketchup, qué sé yo. Precisamente fueron los memes de Evil [personaje] lo que me terminó de convencer de escribir esto. En fin, puede ser que el peor día de tu vida esté próximo, pero ánimo: espero que te den mucha mayonesa. Y muchos retweets.
